Malditos aeropuertos

En las películas y series españolas existe una dificultad habitual, rodar en algo que parezca un aeropuerto. El otro día estaba viendo El Alacrana, la secuencia final donde los familiares reciben a los pescadores que por fin vuelven y se suponía que estaban en un aeropuerto. Era una localización extraña, una especie de pasillo, frío (en ese sentido podría ser aeropuerto) pero sin puertas típicas de embarque o de llegada… seguro que era un centro comercial o algo similar. Y es que en España es difícil rodar en los aeropuertos, o no dan permiso o, si lo dan, es muy caro e implica rodar por la noche.

Es Rescatando a Sara teníamos no uno sino dos aeropuertos, uno el de Madrid y otro el de Bagdad, para complicarlo todo mucho más. Una estupenda gestión de Jaime Polo y Nacho Simón nos permitió rodar el aeropuerto de Barajas en… ¡Barajas! Al parecer se ha cerrado al tránsito una parte de la Terminal 3 y pudimos rodar en ella. Eso hace creíble el aeropuerto, no hay que inventarse falsos pasillos ni puertas que no son. Y pudimos trabajar incluso de día.

Pero el segundo reto era el aeropuerto de Bagdad. Y no íbamos a ir a Iraq a grabarlo, evidentemente. Dudamos mucho de qué hacer, pero al final Juana Mula, nuestra directora de arte,  nos dijo que confiásemos en ella y que alquilásemos una nave vacía de IFEMA donde ella nos podía montar un verdadero aeropuerto. Y en la foto podemos ver el resultado. Realmente creíble. Todo lo que aparece en imagen lo hemos puesto nosotros, bancos carteles, palmeras, pero también las columnas rojas, los mostradores del fondo, carritos… todo.

Otro problema solucionado y ya estamos en la cuarta semana.